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Hoy es un día perfecto para morir

  • Foto del escritor: alexandertriana
    alexandertriana
  • 23 mar 2014
  • 3 Min. de lectura

Tal vez se pregunte por qué digo esto, quizás quiera darme su argumento para replantear las cosas, o sencillamente quiere que lo piense y tenga ganas de llegar a mi puerta, darme un abrazo, un regaño y una cachetada. Pero… ¿se ha puesto a pensar que día sería perfecto para morir?

No se angustie con estas líneas dramáticas y llenas de escepticismo, solo pregunte a su niño interior qué ha hecho con su vida, mire su reflejo en un espejo y vaya a sus ojos, fije su atención en lo más profundo de ellos que allí está la respuesta.

Para mí un domingo es el día perfecto, y solo porque el lunes es un tedio, un tormento levantarse temprano y llegar a su lugar de trabajo, ocupar esa silla, las misma de toda la semana, contestar el teléfono y replicar con quien está del otro lado de la línea amargando su vida con problemas, o haciéndose el payaso y afirmando a todo lo que usted pregunta con un “Ya miramos”.

Comenzar una jornada llena de estrés, de tráfico en una ciudad que huele a caos, y tal vez usted no se ha puesto pensar que tiene aroma, que a su vez tiene magia, o simple y sencillo que nos contaminamos con éste para convertirnos en máquinas que han olvidado lo esencial de la vida.

Usted no reconoce que tiene en muchos días la sensación de querer tirarse a un Transmilenio, que se escuda en la música y en cosas banales para aislarse de los problemas. Que muchos otros son los factores que influyen en una decisión de suicidio y quienes lo hacen, previo a tomar la decisión, con una cuchilla en su muñeca, un frasco de veneno u otro elemento intencional suelen llorar desesperados al ver que el mundo se derrumba en sus manos y solo en ellas se encuentra una salida radical, los sacuden y no se encuentran soluciones de momento.

¿Alguien destruyó su vida y en vez de blindarse y aprender que no a cualquiera se le abre el corazón y se le invita a formar parte de su ser?

Razones va a encontrar en cualquier esquina para decidir si quiere o no vivir. Es justo en estas últimas líneas que quiero dejar un parte de tranquilidad en su angustiada y mezquina cabeza porque ya lo viví, me arrepentí en el último segundo y abracé la muerte como si fuera mi mejor amigo.

Lo realmente importante para quien desea morir es que no tema a que le juzguen, nadie puede decir que fue algo fácil de hacer, mucho menos que es la decisión más cobarde que usted asume, y en especial porque sus amigos ven la vida color rosa, creen que las calles huelen a vainilla, que el aire que respiramos sabe a piña colada.

Hoy con la frente en alto, puedo decirle querido lector que después del lamentable susto con mi corazón, miro la vida y el diario despertar con otros ojos y a pesar de la oscuridad que abunda en estas calles, siempre sonrío y busco una razón más para hacer reír, para seguir amando cada mañana mi profesión y como debe notar, ya me blinde para no enamorarme y no sufrir por pendejadas de esas.

Mi filosofía de vida siempre ha sido mi entrega por el trabajo, por mi familia y por cautivar cada día nuevas audiencias con mis ‘choco aventuras’ sin mayores pretensiones más allá de ser uno de los mejores en lo que hago, si… Puede sonar egocéntrico pero quiero decirle algo, yo valgo mucho y me amo, por esta sencilla razón es que digo que usted puede estar tranquilo, que no se extrañe ni preocupe por quienes toman la decisión.

Sonría y robe miles de risas a quienes le rodean, baile y cante a su madre, sus hermanas o simplemente hágalo en la calle mientras camina y disfrute de todos los olores que están en su entorno.

En lo personal no quiero morir de forma natural, eso es aburrido y doloroso, pero si llega a enterarse que no estoy en este mundo solo llegue a mi cremación y ponga una canción que me encanta (Canela – César Mora), recuerde lo que compartimos o estás mordaces líneas que le harán sentir enojo conmigo, tome un poco de mis cenizas y llévelas a una discoteca para sentir que seguiré parrandeando toda la eternidad.

Alexander Triana Yanquén

Comunicador Social - Periodista

 
 
 

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