Carta a la muerte
- alexandertriana
- 5 mar 2014
- 3 Min. de lectura
Hola mi querida amiga, hoy te envío un caluroso saludo para que entiendas que siempre pienso en ti y solo puedo decirte que me ayudaste mucho en ciertos momentos.
Sabes… Aprovecho cada día, cada despertar y cada noche para vivir después de ese encuentro contigo; pero no te preocupes que hoy solo pretendo confesarme con vos. Tal vez antes de conocerte vivía sumergido en un abismo, oculto sobre una muralla enorme, estancado en un presente y pensando en un futuro mucho más efímero y extraño de lo que tú eres.
Reconozco que solo hasta sentirte tan cerca pude descubrir muchas cosas y quiero agradecerte por ellas porque cada segundo después de tu visita, me dedico a ver el mundo de colores y me reto cada día.
Hoy pienso mucho en vos como mi mejor amiga, de hecho quiero invitarte un trago y darte un abrazo cuando finalmente llegues a mí con esa guadaña y tu pinta sacada de la fantasía, pero sobre todo, robarte una sonrisa…
Tal vez no he sido el más correcto, el más gentil o el mejor personaje que te hayas podido encontrar, pero algo si tengo seguro y es que he vivido últimamente como si no hubiese mañana y hasta sigo mis impulsos pensando que te encontraré en la esquina de la casa o que puedes llegar a mi puerta y decirme que ya es hora.
Antes tenía odio hacia ti por robarme la dicha de tener a las personas que amo tan cerca como sea posible, pero eso cambio y entiendo tu posición. Hoy estamos, mañana no sabemos…
Mil recuerdos salen mientras escribo estas líneas, esos momentos del colegio cuando era el patito feo, el objeto de burlas y ese a quien buscaban solo por trabajos académicos y un día abrió los ojos por cosas de la vida para transformarse en un rebelde con causa viviendo con la música en cada instante. Lo sé… puede ser de poca importancia para ti pero cree cuando te digo que eso me formó y me hizo más fuerte.
Esas aventuras amorosas que terminaron en bellos momentos y también hicieron salir lágrimas de mis ojos pero que finalmente construyeron lo que soy hoy… Un hombre de verdad que sabe amar y se entrega cuando vale la pena, que disfruta cada beso con tal pasión que el mundo se transforma en ese paraíso de fantasías donde puedes escuchar el susurro de un árbol mientras lo abrazas, el aliento del viento cuando roza tu cuerpo, las caricias de la lluvia cuando se hace presente, los olores de la calle que nos recuerdan que no somos eternos.
Mis días de 'cuentero' en los cuales robaba sonrisas y suspiros, o esos días de teatro sobre zancos escupiendo fuego, esos momentos de cantante frustrado donde me escondía tras bambalinas para interpretar alguna pieza musical, las tardes en el grupo de danza o esos divertidos instantes de juegos como voleyball, baloncesto, fútbol, gimnasia, etc.
Posiblemente te moleste lo que lees a continuación pero es una declaración de guerra a mi mejor amiga… Yo sé que tarde que temprano llegarás a mí de nuevo pero quiero que sepas que no tengo temor de ti, que siento lastima por no haber vivido muchas cosas antes y tal vez me arrepienta pero soy un realista y como me dicen muchos: “Un loco consciente”.
Mis sueños y metas son más grandes que tu deseo de tenerme a tu lado y por eso quiero retarte como a muchos… Puedes pretender saber todo de mí, pero te falta algo valioso y es que tengo gente a mi lado que me inspira cada día a ser mejor persona y realizar mis locos deseos, por eso seguramente llamarás a pedir una rectificación y cordialmente te diré mirando a los ojos que te equivocas conmigo y tendrás que hacer fila de espera.
Con cariño, éste loco soñador lleno de retos y amores por cumplir.
Alexander Triana Yanquén.
Comunicador Social - Periodista
Commentaires