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Hablemos de amores y verdades

  • Foto del escritor: alexandertriana
    alexandertriana
  • 12 ago 2012
  • 3 Min. de lectura

La labor del periodista del siglo XXI

Alexander Triana Yanquén

Publicación Emisora Mariana WEB / Agosto 2012

El oficio del periodista es una especialidad que muchos sienten como vocación que desean preparar y educar para el futuro, otros nacen con el don y las habilidades, sin desmeritar a nadie y sin agrandar a muchos, vemos cada día nuevos retos que hacen de esta profesión una pasión.

Sumergidos en un Siglo XXI que con diferentes herramientas y evolución constante han cambiado el roll de la profesión, poco a poco se torna más complicado el ámbito laboral pero surgen nuevas alternativas de periodismo y negocio del oficio, sin embargo esto implica innovación en formas de estructurarnos desde la educación y la organización.

Nos encontramos en varios dilemas, las redes sociales han “facilitado” en muchos casos el ejercicio, pero también presume que pronto el PERIODISTA, desaparece en ciertos campos de la información. Formar parte de este gremio que es considerado aún como “El cuarto poder”, es una dicha que pocos disfrutamos en verdad y nos esmeramos por vender la verdad oculta en los rincones de la codicia y el engaño de los corruptos, el interés de los públicos y el beneficio de un consumidor hambriento de realidades con la firme intención de ser sorprendido por cosas buenas o malas.

El redactar es para muchos una simple forma de comunicación aunque no sepan manejar un estilo ameno o informativo y muchas herramientas que para la escritura se tienen en cuenta al momento de la producción, los periodistas nos esmeramos en conseguir cautivar diferentes públicos sedientos de historias que con una buena narración, puedan llegar a visibilizar hazañas o verdades.

La radio es un medio que tiene una gran ventaja, nos permite soñar en tiempo real con miles de sensaciones que nos transmiten las diferentes voces detrás de un micrófono con intenciones diferentes pero sinceras, una noticia, una crónica, la presentación de una canción tiene un significado especial para quien lo escucha y para quien lo está diciendo, es por ello lo valioso y rico de las atmosferas emotivas.

El mágico mundo de la televisión no sería posible sin las acciones importantes de un editor, de un camarógrafo, de un sonidista, y de muchos tantos que hacen parte de un equipo de trabajo profesional y dedicado, pero no tendría sentido sin la labor del periodista… ¿Quién contaría la historia?¿Cuáles serían los hechos? ¿Quién investigaría?

Ser periodista no es simplemente denunciar, hay noticias que dicen mucho más de lo que los grandes medios cuentan hoy, a diario vemos en periódicos, noticieros de televisión y en la radio del medio día que las principales notas, son desgracias, no todo en el mundo es malo y ahí están los periodistas dispuestos a contar esas pequeñas cosas que hacen diferencia y nos muestran que aún hay esperanza.

Podremos seguir cambiando el mundo en tanto a tecnología, pero las emociones que nos despiertan quienes están detrás de la información, de las fuentes, del momento perfecto o imperfecto nunca cambiarán porque no se repiten.

A mis colegas, amigos y compañeros… Les agradezco y doy sinceras felicitaciones por amar este oficio tanto como yo.

Es cierto que afuera abundan los intereses oscuros y turbios que nos conducen a la censura, o a la auto censura porque, seamos honestos, tenemos que comer. Pero más allá de cualquier limitante, quienes hemos ejercido tenemos la ventaja de afirmar que no nos equivocamos y haremos lo posible por seguir en píe de lucha a pesar de la massmediación que nos habla Barbero, o recordando las enseñanzas de Kapuscinski cuando dice: “Los cínicos no sirven para este oficio”.

Nosotros tenemos que ser la pieza clave de la transformación definitiva en este siglo y adaptarnos a las nuevas tecnologías aunque nos cueste trabajo, el oficio que escogimos como estilo de vida debe ser alimentado con la necesidad de despertar y salir emocionado a buscar la historia y como contarla y vernos sometidos como en los 80 y 90 al terror del no volver a casa por la censura.

Las nuevas generaciones seguramente tendrán como prioridad ser la próxima revelación de la presentación en farándula, catapultarse como ícono y ser figura pública, no digo que esté mal, pero no olviden que en este oficio adquirimos un compromiso moral con nosotros mismos basados en el principio de la verdad y el esfuerzo.

Por eso hoy con estas líneas quiero sentar precedente e invitarlos a una reflexión sobre nuestro oficio y ese amor que sentimos al estar corriendo con la noticia en la boca y lo que viene.

 
 
 

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